lunes, 11 de noviembre de 2013

No hiciste nada en todo el día

Estoy levantada desde las 11:36 am y lo único que hice hasta ahora que son 15:30 es estar sentada en remera y ojotas mirando la computadora. Ah, no, también tomé cereales con leche. Y es lunes y siento más culpa porque todos empiezan su rutina, trabajan, se quejan por haberse despertado temprano y haber hecho cosas y duermen la siesta. Hace mucho que no me despierto con el sonido ringgggggggggggg de una alarma del celular. Y lo peor de todo es que a veces me da sueño y me duermo la siesta como si hubiese madrugado y como no lo puedo evitar por la costumbre de no oír despertadores me levanto a las nueve de la noche, sin nada para cenar porque los almacenes y supermercados ya cerraron. Quizá de este aburrimiento salga algo lindo que a alguien le guste, un poema, una entrada de blog, mi trabajo para las jornadas de estudiantes de letras, ya no sé, voy a hacer cualquier cosa y pensar menos porque al final todos escriben, a algunos les gusta, a otros no les gusta y listo. Yo pienso que hago todo mal y a nadie le va a interesar nada y me tengo podrida con eso. Ahora mismo pienso que esto es re autobiográfico, un poco romanticista al estilo de una confesión, del yo reflexionando sobre su propia existencia en el universo y todo eso. Pero volviendo a que no hago nada voy a intentar cambiarme. Esa es la clave. Estar vestida. Le da un cambio al día porque es como haber empezado a hacer a algo, a poder salir o a recibir a alguien. El error es de mi familia que me dejo vivir en este departamento sola sin pagar y de la facultad que me dio un pequeño sueldo. Cuando vivía con mi mamá había muchas reglas y me daba vergüenza dormir hasta tarde o no hacer nada. Al menos fingía que hacía trabajos en la compu o leía. Ahora no hay nadie. Estoy sola y nadie puede venir a decirme nada sobre lo que tengo que hacer. Y es tan lindo no hacer nada. Cada tanto trabajo veinte días o un mes como para volver a reafirmar el amor que siento por no hacer nada y por dormir y no ser nadie. La familia de mi novio me pregunta si trabajo y cuando digo que no parece que no lo entienden y a mi me adviene la culpa porque todos son trabajadores y yo ando deambulando por ahí comiendo lo que cocinan y ensuciando lo que limpian. Pero todo esto gracias a que soy estudiante. Diciendo que estudio parece que nadie puede objetar nada. "Ah, estudia", "Muy bien", "El estudio lleva mucho tiempo". Lo que no saben es que yo soy estudiante pero no estudio. Mi papá dice que pasaba días encerrado leyendo y no salía ni hablaba con nadie. Mi mamá me contó que siempre antes de rendir vomitaba o tenía nauseas de los nervios de un examen. Yo estoy tan lejos de eso. Me va bien pero no me esfuerzo del todo. Igual espero llegar muy lejos. 

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