martes, 30 de junio de 2015

Mi hermano tiene 13 años y ve fantasmas

Mi hermano tiene 13 años y ve fantasmas. O eso dice, todavía no está comprobado. Dice que vio tres fantasmas en un espejo, sombras negras, no sé, que le hablaron. Otro fantasma que le respira en la cara y por eso no duerme a la noche. Tiene muchas contracturas en la espalda. Le dicen "preparáte para lo que viene", "va a ser peor". No sé si creerle o qué. Yo no creo en los fantasmas. Pero, ¿no vemos todos fantasmas todo el tiempo? ¿No tenemos todos nuestros propios fantasmas? Le dije a mi papá que lo veía un poco sugestionado. Tiene una página de mitos de terror y ya hizo dos notas para una radio contando sus historias de fantasmas. Creo que se siente especial o con algo para decir. A todos nos pasa o nos pasó. Escribir es eso, en parte. Pero, ¿hay que preocuparse? Yo no soy muy buena dando consejos de hermana mayor. Le dije que se olvidara y siguiera con su vida. Lo miro asombrada y me hago la que tengo miedo, aunque en el fondo no lo crea posible. Me da culpa pero es algo que no puedo evitar pensar.

viernes, 19 de junio de 2015

Nunca creí en el príncipe azul pero

Nunca creí en el príncipe azul ni en el hombre perfecto ni nada. Me gustaban feos, raros, introvertidos. Me gustaron siempre distintos los hombres pero no me ilusioné nunca con que alguien más pudiera darme algo que yo necesitara o "llenarme". Toda la idea de que viene un hombre a rescatarte es terrible y absurda a la vez. Pero aunque me contradiga nada me gustaría más ahora que un príncipe de disney que venga a rescatarme. Ya sé que la que va a tener que rescatarse a sí misma soy yo, pero por momentos cuando estoy triste flasheo en una solución de este estilo: un hombre-disney, vacío pero sin problemas. No está todo bien en mi vida conyugal y lo único que quisiera ahora es que ese hombre pasara a buscarme en auto (porque en mar del plata hace mucho frío) y me llevara a cenar. Me di cuenta que en este momento de mi vida no quiero tener un marido ni nada así, quiero un novio bobo que me haga reír o me pague las cosas que quiero. Igual dije en este momento de mi vida, no para siempre. No quiero nada para siempre. Una amiga me dice que me fije cuántos días a la semana me siento así . Va a quedar estar sola y estar bien. Es lo mejor del mundo estar bien solo y no necesitar a nadie. Ahora que mi novio viaja a cursar a otra ciudad me di cuenta lo bien que me siento en soledad. Me gusta no hablar con nadie, no dar explicaciones, no compartir la casa. Creo que ese es el problema de muchas relaciones. No se puede sostener una relación si no necesitas al otro. Porque es como si así no existiera el amor, como si el otro estuviese de más. En un punto es así. Pero ya no quiero pensar en cuál es la mejor manera de que una relación funcione, de una convivencia, lo que sea. Quiero vivir en un cuentito de Disney y dormir durante años hasta que un príncipe o un Ken (el muñeco de Barby) venga a buscarme a despertarme y me lleve a Brasil de vacaciones. Estoy cansada de pensar, perdonar, soportar, reflexionar. De hablar, sobre todo. 

jueves, 11 de junio de 2015

Se fue

Ya regalé a mi perrita... Lo que en principio está bien en la mente nunca se traduce tal cual a los impulsos y sentimientos. Siento un vacío horrible, como un miedo a la muerte, a la soledad. Nicolás tres días en La Plata, yo acá con tres millones de cosas. Y dos viejos jubilados solos que viven enfrente a otra plaza con todo el tiempo del mundo se la llevaron. Sé que la quisieron cuando la vieron y son buenas personas. Se les murió hace poco su perrita de catorce años. Se abre un agujero en una casa, se cierra otro en algún lugar. Así es todo, o no. Tristezas por todos lados. ¿Cuántas personas lloran porque extrañan? ¿Cuántas ausencias hay en el mundo a esta hora? ¿Seré yo sola? ¿Y si me equivoqué? En secreto, espero que no se adapte o no la quieran para que vuelva a mi, a nosotros. Pero sé que no puedo darle nada, entonces espero que sea feliz. Aunque no pueda ahorrarme el llanto cuando miro sus huesitos de mentira, su hueco en el sillón.

martes, 9 de junio de 2015

¿Y si todos estuvieran mejor sin vos?

Estos días estamos con la disputa de si dar a la perra o no. Eva, nuestra perra, es inquieta, cariñosa, buena... pero ocurre que con Nicolás no estamos nunca en casa. Él viaja a La Plata a cursar las últimas materias de su carrera, dos y a veces hasta tres días a la semana. Yo, entre trabajo, cursadas y ocio, no estoy en casa hasta la noche. La perra se aburre, nos rompe las cosas, llora. 
La veo que está mal, percibo que sufre y no quiero retarla más. Hablamos de regalarla a un hogar mejor pero en facebook y también mi cuñada nos condenan por eso. ¿Si uno le dice a otro que con alguien más o en otro lugar va a estar mejor, es abandono? ¿Querer lo mejor para alguien es no ser humano? ¿Dónde está escrito que las adopciones, las cosas, en general, son definitivas? Fundamentalistas sin fundamentos. Y problemas de apego. Miedos. Está bien, todos tenemos miedos. Pero, esas personas encarnizadas en la lucha contra el abandono de los animales, ¿no temen su propio abandono, todo el tiempo? ¿No estamos volcando nuestras inseguridades en las luchas fundamentalistas? Bueno, necesito decirlo. Porque parece que yo no soy un ser humano, no tengo sentimientos. Hay que ser y sentir como dicen los demás. Todo lo que escape a eso es incoherente, inhumano o absurdo. ¿Estaré loca? Una vez que creo, en mi vida, que voy a tomar una decisión adulta, fuera de mi egoismo habitual, considerando todas las partes, casi sin impulsos y con analisis, soy acusada de inhumana. Algo está mal. Ellos y yo.
En esta guerra entre los fundamentalistas y yo se abre una línea divisoria que tensiona cada vez más la cosa. Ahí lo que se discute es irremediablemente importante: quién es más digno, quién tiene más humanidad. Pensé que yo. Otra vez. Estaba equivocada. Recurro a mis rencores y agresiones de siempre, pierdo lo poco humano, les doy la razón. Después vuelvo a ser yo y me entristezco, me quiero quedar con la perra. ¿Qué tengo que demostrar? ¿Por qué nadie inventó todavía un programador de decisiones que las tome por nosotros? Quiero llorar. 
Los sentimientos de mi novio me importan. Él sufre por mí, por Eva, porque tiene humanidad y está por sobre todos nosotros. No quiere tomar la decisión ni realizar la donación de la perra. Yo, otra vez, me tengo que encargar. Su hermana se enoja, quién sabe porqué, le dice que es malo para la perra y que no se hacen esas cosas. Él llora...
Mi mejor salida es la de siempre: mandar todo al demonio. Pero, ¿y si de verdad todos estuvieran mejor sin mí? Estoy mirando los últimos capítulos de una serie donde la protagonista vuelve a su casa después de un mes y el novio ya tiene otra novia pero lo más terrible es que es extremadamente feliz. Pienso en mí y en mi relación y mi perra. ¿No es lo mejor, lo más sano, lo correcto, aceptar que uno falló y otros pueden ocupar mejor nuestro lugar? Siento que está bien pero a la vez lloro, porque es mi peor pesadilla: aceptar que los demás son más felices sin mí. Creo que es la peor pesadilla de cualquiera. La serie me hace mal y lloro. Tengo mucho miedo de que me pase algo así. Con mi ex creo que me pasó, salvo porque yo era muy chica y muy tonta (todavía). Creo que ahora es más feliz sin mí. Practica yoga, anda en bici y hace todas las cosas que antes yo quería que hiciera y no hacía, como tocar la guitarra o viajar.

lunes, 8 de junio de 2015

Soy de los que piensan que los sueños se van a cumplir

No sé por qué pienso que todos mis sueños se van a cumplir.
Como una especie de negación o un irreconocible optimismo nuevo.