viernes, 19 de junio de 2015

Nunca creí en el príncipe azul pero

Nunca creí en el príncipe azul ni en el hombre perfecto ni nada. Me gustaban feos, raros, introvertidos. Me gustaron siempre distintos los hombres pero no me ilusioné nunca con que alguien más pudiera darme algo que yo necesitara o "llenarme". Toda la idea de que viene un hombre a rescatarte es terrible y absurda a la vez. Pero aunque me contradiga nada me gustaría más ahora que un príncipe de disney que venga a rescatarme. Ya sé que la que va a tener que rescatarse a sí misma soy yo, pero por momentos cuando estoy triste flasheo en una solución de este estilo: un hombre-disney, vacío pero sin problemas. No está todo bien en mi vida conyugal y lo único que quisiera ahora es que ese hombre pasara a buscarme en auto (porque en mar del plata hace mucho frío) y me llevara a cenar. Me di cuenta que en este momento de mi vida no quiero tener un marido ni nada así, quiero un novio bobo que me haga reír o me pague las cosas que quiero. Igual dije en este momento de mi vida, no para siempre. No quiero nada para siempre. Una amiga me dice que me fije cuántos días a la semana me siento así . Va a quedar estar sola y estar bien. Es lo mejor del mundo estar bien solo y no necesitar a nadie. Ahora que mi novio viaja a cursar a otra ciudad me di cuenta lo bien que me siento en soledad. Me gusta no hablar con nadie, no dar explicaciones, no compartir la casa. Creo que ese es el problema de muchas relaciones. No se puede sostener una relación si no necesitas al otro. Porque es como si así no existiera el amor, como si el otro estuviese de más. En un punto es así. Pero ya no quiero pensar en cuál es la mejor manera de que una relación funcione, de una convivencia, lo que sea. Quiero vivir en un cuentito de Disney y dormir durante años hasta que un príncipe o un Ken (el muñeco de Barby) venga a buscarme a despertarme y me lleve a Brasil de vacaciones. Estoy cansada de pensar, perdonar, soportar, reflexionar. De hablar, sobre todo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario