domingo, 21 de septiembre de 2014

Ministerio

En mi trabajo en el Ministerio últimamente no conozco personas, conozco voces. Voces voces y más voces. Hablo con muchas personas pero todavía no conozco sus caras. Es extraño porque toda una relación laboral puede entablarse sin problemas sin verse las caras. Es como si todo transcurriera en un espacio indeterminado que no es la realidad. No me asusta pero me llama la atención. Para mí es bueno porque me desinhibo más y a veces puedo enojarme o decir algo con más facilidad que si estuviera frente a frente con la otra persona. Hay una desventaja y es que los nombres y las voces se empiezan a confundir cuando no se corresponden con una cara familiar, siempre depende de la memoria de cada uno. También escribo muchos correos y mando cartas. En un sistema con contraseña escribo los números de documento de personas que no conozco para que empiecen a cobrar planes sociales. No es para que se queden en la casa porque tienen que ir cuatro horas por día a trabajar o hacer un curso de formación. Me molesta que digan cosas sobre mi trabajo sin saber. A veces llevo libros y leo en vez de trabajar. Hago mis tareas de inglés o analizo oraciones en Griego. Generalmente me pido una vianda vegetariana al mediodía y después me voy y me olvido de todas las voces, las caras, los correos. Otras veces me voy preocupada por todas las personas que me llaman con problemas que no voy a poder solucionar nunca. A veces me llaman personas que perdieron 2 mil o 3mil pesos (otras veces menos) por problemas burocráticos del estado, cosas que se hicieron mal en la computadora, los famosos "errores del sistema". Pero no están enojados ni me maltratan sino todo lo contrario. Me hablan y me agradecen como si en vez de decirles que nunca van a recuperar ese dinero les estuviera diciendo que lo van a multiplicar cinco veces. Siempre escribí lo que me pasaba en el trabajo y es porque yo soy de esas personas que se preocupan demasiado, que les importa el trabajo pero no por ser buena sino ser útil y a los cincuenta años después de tanto stres se mueren de un paro cardíaco en el corazón que tanto amor sintió por los demás. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario