viernes, 30 de enero de 2015

Ulrica

Ayer me escribió la mamá de una amiga diciendo que había mirado un video en la televisión, en una sala de espera, y la nena protagonista del video era igualíta a mí. Sigo pensando que hay demasiadas personas en el mundo que se parecen a mí y en lo poco original y auténtico que eso es. Pero me acuerdo de mí hace varios años, no fue hace tanto, con todos los cortes de pelo que tuve, mis papás separados, la prótesis dental, los premios, las cosas que hice. Era una nena linda, buena. A veces bastante extrema, pasaba del bien al mal en un minuto. Eso sí: nunca dejaba de contar historias o de opinar sobre cualquier cosa. Acá un homenaje a mi niñez. No me importa que pueda ser aburrido o sean de esas cosas que sólo a uno le gustan. Me pregunto si habrá sido el mejor momento de toda mi vida y ya pasó. Podía estar horas jugando, imaginando cosas, hablando sola. "Yo querría que este momento durara para siempre", le dice el protagonista a Ulrica, una joven extraña, de la que no sabemos mucho, sólo que la creó Borges. Ella le contesta, descreída pero contundente que "Siempre" es una palabra que no está permitida a los hombres. A los hombres de verdad, supongo. A las personas fuertes. Siempre es mejor pensar que lo bueno todavía no llegó, que la felicidad está después, porque sino lo que resta es una vida miserable o nostálgica.

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