Mis días son demasiado largos, pasan demasiadas cosas. No tengo mucho tiempo para escribir. Es como un efecto bola de nieve. Yo no sé si yo soy la que quiere hacer de todo o si las obligaciones se van generando solas, por culpa de estar rodeada de gente que me presiona o no sé. El punto es que casi no quiero hacer ninguna de las cosas. Sólo las clases de canto. Es que a veces algunos vacíos que dejan ciertas personas sólo lo llenan las obligaciones u otras personas. No importa quiénes. A veces porque no sabes qué hacer con la libertad, los ratos libres, los espacios entre una obligación y otra.
Quiero sacar más canciones con la guitarra y cantar más. Hoy canté Ambar Violeta y la profesora me dijo que mi voz era buenísima para acompañar a otra voz,como que era "adaptable" y "armónica". "Nunca protagonista, yo", pensé. Después recordé que mi profesora de canto es también psicóloga. Hablamos un poco del miedo y del no sentirse gustado. Pero me dijo "querela a tu voz, es la única que hay". Me fui cantando por la calle.
Ahora estoy tocando un tema de Elvis Presley. Una amiga me canceló para cenar y por fin dije, aliviada, "¡No soy yo la que cancela!". Fue un gran día. Le propuse que venga mañana. Quiero escribir muchos cuentos y estudiar. Rindo la semana que viene y no estoy repasando mucho pero soy feliz. Eso es lo que importa. Lo importante siempre puede esperar.
Hoy dos señoras me preguntaron en la calle si "era de acá". ¿De mar del plata o qué? (justo estaba parada en la puerta de un edificio) Sí, dije y sonreí. Creo que por primera vez en la vida no renegué de "ser de acá", de "ser de algún lado". Sí, estoy acá y estoy bien. Las ayudé con una dirección y me sonrieron. Soy de acá, ¿y qué? Está bien sentir que uno por fin tiene lo pies en algún lado, y la cabeza también (!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario