martes, 7 de abril de 2015

Despedida

Estoy yendo a cursar y con suerte es mi último año. La facultad me dio algunas cosas y me quitó muchas. Apenas entro al aula ya estoy agotada. Me canso de escuchar a mis compañeros, a las profesoras, a los "textos". La palabra "texto", me tiene bien podrida. Es como tener una relación con alguien que te irrita, a quien no tenés ganas de escuchar. Mi novio se va a cursar a La Plata. Me despido por dos días. Se va y lo extraño y pienso cuánto lo quiero. A veces lo detesto y me molesta hasta con su respiración. Quizás con la facultad me pase lo mismo. Si no estudiara querría más que nada en el mundo estudiar. Pero ahora estudio y me queda relativamente poco. Quizás sean mis últimos pasos como estudiante. Y no me importa eso de las pasiones y qué se yo, la literatura es una pasión, los textos. Nada. Yo no me creo nada de todo eso. No sé si tengo pasiones. Si existía ya se apagó. Como el amor de los primeros meses. 
Cada vez que entro a la facultad pienso en todas las cosas que ahí hice. Las primeras clases. La foto que me sacó mi papá antes de entrar a cursar la primera vez. Cuánto cambié. Era ingenua. Lloré por sacarme un siete en mi primer parcial. Yo sentía que merecía más. Pero a quién importaba eso si el examen final era lo único que contaba. La nota fue mayor. Tuve buenas notas. Bastantes. 
Mis expectativas empezaron a bajar, con aprobar me conformaba. Cada vez quiero saber menos con rendir. Pienso que no volver a presentarme al examen es resultado suficiente. No me importa la mediocridad, no ser lo más, la más inteligente, la mejor. No quiero seguir yendo a la facultad. Lo tengo decidido. 
También participé en la vida institucional de la facultad. Fui consejera de la carrera varios años. Iba a las asambleas, me quedaba a dormir en el piso cuando se tomaba la facultad. A veces en las aulas donde ahora curso mis últimas materias me veo tirada en el piso, en una bolsa de dormir con el cierre falseado, la garganta dolorida de tanto fumar. Hablo en pasado porque ya no participo, no me intereso, no me indigno. Solamente voy y camino como un fantasmita, contando los días para no ir más o para poder decidir si hacerlo o no. 
Mientras tanto cumplo con el mandato social familiar cultural de estudiar y terminar. Quiero terminar. Me va a hacer bien. Me gusta la literatura. Pero la facultad ya no es ambiente propicio para aprender ni crecer. Las chicas que cursan conmigo. Se parecen demasiado entre sí y yo a ellas y me preocupa. Todos nos parecemos lo suficiente como para que sea preocupante. Estoy cansada de tener que cortar mi día para ir a cursar, a hablar de cosas que no me interesan. Hoy por ejemplo en didáctica específica hablamos de la enseñanza de la lengua materna, los desafíos docentes. Participo para no dormirme. Tenía frío y sueño. Me pasa cuando estoy por irme que me recuerdo que nunca más voy a volver a pasar por eso. Que no es tan grave y hay cosas peores. 
Me estoy despidiendo de mi vida porque ya no es mía. Como el tema de Fito. "Pero eso estaba ok". Tengo una vida que es la consecuencia de decisiones que tomé hace mucho tiempo. Muchísimo. Para una vida tan corta es muchísimo tiempo. Necesito repensar todo y volver a elegir. A elegir lo que quiero y hacerlo. Volver a disfrutar de hacer cosas. 
Me gustaría cantar y tener una banda. Viajar mucho. Quizás mi vida no sean las letras. O en una de esas sí. Ojalá que no. Me aburre hacer siempre lo mismo. Pero voy a terminar. Voy a poder. Hoy la profesora decía que a fin de año íbamos a ser profesores y a enfrentarnos a no sé qué y yo pensé que no que yo a fin de año no voy a ser nada. Ojalá para esa fecha esté planeando un campamento o comprando regalos de navidad. Me cansé de las cosas profundas, del compromiso social y la conciencia crítica. Esas cosas no te dan de comer ni te abrazan a la noche cuando te estás muriendo de frío porque es abril y en abril hace frío como en agosto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario